La mamografía es un acto de amor propio y autocuidado, pues te permite detectar de forma rápida y efectiva la presencia de cáncer de mama, uno de los más comunes en mujeres. Esta prueba consiste en una radiografía que se toma con rayos x de la mama, y es capaz de detectar lesiones sospechosas de cáncer.
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Seguramente habrás escuchado alguna vez que hacerse una mamografía puede resultar incómodo e incluso para algunas mujeres, doloroso. No obstante, recuerda, es más importante mantenerte sana y salva; Además, el proceso solo toma unos minutos y la molestia no durará mucho tiempo.
Primero que todo, es importante aclarar que la mamografía es un examen que se practica en la edad adulta de la mujer, generalmente entre los 50 y 69 años en donde se recomienda realizarlo cada 2 años. Sin embargo, a partir de los 20 años debes realizarte el autoexamen de mama cada mes para identificar cualquier cambio o anormalidad, en ese caso debes consultar a tu médico de manera inmediata.
Existen 2 tipos de mamografía que debes conocer:
En primer lugar, está la mamografía diagnóstica, la cual se realiza en mujeres sintomáticas, es decir, que presentan algunos signos e inconvenientes tales como: flujo anormal por el pezón la presencia o sensación de un nódulo en la mama.
Por otra parte, encontramos la mamografía de cribado, que, por el contrario, se implementa en mujeres asintomáticas. Esta, permite la detección en fases muy tempranas del cáncer de mama, de esta manera, puedes frenar su desarrollo.
Como muchos otros exámenes, la mamografía tiene algunos requisitos y/o precauciones que debes tener en cuenta para asegurar tu salud y bienestar, además de la efectividad de su desarrollo. Presta atención:
Si tienes más dudas al respecto o deseas tener primero un acercamiento con tu médico de confianza, recuerda que con tu Plan de Beneficios en Salud puedes sentirte tranquila y cómoda, pues nosotros te acompañamos.
¡Prevén el cáncer de mama!