Los medicamentos son compuestos químicos fabricados a base de principios activos que se utilizan para la prevención, alivio, diagnóstico y o tratamiento de diversas enfermedades. Los envases, etiquetas, empaques y rótulos hacen parte fundamental de estos, ya que garantizan su calidad, uso adecuado y estabilidad, de acuerdo con información de la Secretaría Distrital de Salud.
Vienen en diferentes presentaciones como líquidos, cápsulas, comprimidos, parche o cremas y su administración puede ser vía oral (por la boca), mediante infusión en las venas o gotas aplicadas en ojos u oídos.
De acuerdo con las condiciones de comercialización que se definen en el registro sanitario, se encuentran:
Son los que el consumidor adquiere sin fórmula médica en las droguerías y están destinados para prevenir, aliviar o tratar síntomas o signos de alguna enfermedad leve. El correcto uso y manipulación es responsabilidad del paciente o su cuidador, quien debe informarse sobre las indicaciones, precauciones, advertencias y contraindicaciones, dosis sugerida y demás información pertinente para consumirlo. Si hay síntomas que persisten, es recomendable consultar con el médico y no exceder su consumo.
Estos productos requieren la prescripción del médico o profesional de la salud, ya que son indicados según la patología o tratamiento del paciente.
Son medicamentos que se comercializan solo en establecimientos farmacéuticos autorizados por el Fondo Nacional de Estupefacientes en coordinación la Secretaría Distrital de salud, puesto que al ser sustancias farmacológicas activas puede causar dependencia síquica o física de quien las consuma, así como ser manipuladas de manera negativa a forma de abuso y su empleo podría llevar al peligro.
Son autorizados solo para la comercialización de las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud (IPS), debido a sus características de supervisión, riesgos e indicaciones.
Deben tomarse de manera consciente y responsable. En el caso de la automedicación únicamente debe realizarse para aliviar los síntomas y signos de enfermedades leves como resfriados, dolor de garganta, acidez estomacal, entre otras, con los medicamentos de venta libre, siempre y cuando el consumidor asuma la responsabilidad que esto implica. Por lo anterior, es fundamental leer y entender las indicaciones del producto que aparecen en la etiqueta y corroborar que la sintomatología coincida. Así mismo, si los síntomas persisten, se debe consultar al médico.
Por otra parte, no hace parte de la automedicación responsable la utilización de productos de venta bajo fórmula médica sin la prescripción del médico o profesional de salud. A esta práctica se le conoce como autopercepción.
Es indispensable que cada paciente reciba los medicamentos apropiados para su enfermedad, patología o tratamiento, así como las indicaciones de su uso, la cantidad o dosis recomendada, y la frecuencia con los que los consumirá.
Medicación apropiada a la necesidad del paciente: el profesional médico es el único que le recomienda al paciente el medicamento de acuerdo con su caso. Este usa bases científicas comprobadas para brindar las recomendaciones e indicaciones necesarias, según la información suministrada por el paciente. En el caso de la automedicación, el paciente debe reconocer la dosis según la edad. Esto se indica en la etiqueta del producto.
Dosis según la necesidad del paciente: es deber del paciente explicarle al médico su sintomatología y preexistencias, ya que de esto depende la dosis que se le vaya a indicar. Es importante que el paciente entienda la dosis, y los intervalos entre cada dosis, así como la fórmula clara que se le entregue. En caso de alguna pregunta, consúltela a su médico. Es valioso aclarar que no se debe ingerir alcohol u otros medicamentos no recomendados, ya que podría causar toxicidad y poner en riesgo la vida del paciente.
Periodo adecuado a la necesidad del paciente: los médicos tratantes son los que determinan el tiempo de acuerdo con la patología del paciente y los estándares internacionales para el tratamiento. El tiempo en que culmina el consumo conoce como la adherencia a la terapia del paciente, en el que este cumple con la utilización correcta del medicamento: consumo, dosis y tiempo. Si no se cumple con totalidad, puede ocasionar que la enfermedad se prolongue o que existan complicaciones en la salud.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la promoción del uso racional se da a través de políticas, información, estructura e información que incluyen:
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¿Sabías que tomar los medicamentos de manera adecuada y segura es clave para cuidar tu salud?
Es importante que los conozcas y sepas cómo tomarlos.
Ten en cuenta estas recomendaciones:
Por una #MedicaciónSinDaños