De acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el Síndrome de Down es considerada como una condición genética, no hereditaria, que se produce debido a que la persona cuenta con un cromosoma extra, así es, hay una copia del cromosoma 21. Los cromosomas son paquetes de material genético que se encuentran en las células del cuerpo y contienen información importante para el desarrollo y funcionamiento del organismo.
Es importante destacar que el Síndrome de Down no es una enfermedad, sino una condición que afecta el desarrollo y puede generar ciertas dificultades en el aprendizaje y en la salud de la persona. Además, es importante señalar que esta condición no es hereditaria, sino que ocurre de forma aleatoria durante la formación de los gametos (óvulos y espermatozoides).
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Usualmente, todos tenemos 46 cromosomas, sin embargo, en el caso del Síndrome de Down son 47, lo que cambia y afecta el desarrollo del cerebro y el cuerpo de un bebé
La función de los cromosomas es fundamental, ya que determinan las condiciones físicas y mentales del bebé durante el embarazo, la manera en que funcionará mientras se desarrolla en el vientre materno y después de nacer.
Todos somos únicos e irrepetibles, incluso aquellos que padecen de Síndrome de Down, ya que tanto los problemas intelectuales como los físicos varían. Desde una persona saludable hasta otra que puede padecer una dificultad cardíaca, las sintomatologías tienen diferentes grados de riesgo, desde leve hasta grave.
Generalmente, identificar a una persona con Síndrome de Down no es una tarea difícil, ya que se caracterizan por tener un aspecto facial definido, en donde en la gran mayoría de los casos podemos identificar los siguientes rasgos:
Si bien no podemos escoger nuestra familia, en qué condiciones nacer o en donde vivir en nuestros primeros años de vida, lo que sí podemos hacer es modificar nuestro futuro y llenarlo de felicidad. Lo que debes saber es que las personas con Síndrome de Down tienen la misma fortaleza para salir adelante, conseguir todas las metas y luchar contra la corriente.
Un niño con Síndrome de Down es similar a cualquier otro niño, tiene el mismo deseo de jugar y aprender cosas nuevas, tiene la misma intensidad en las emociones, su estado de ánimo varía de igual forma y, al igual que todos los niños, la felicidad, el optimismo y la inocencia son características que llenan de orgullo a sus padres.
En la edad adulta conservan su niño interior, tras pasar por la etapa de la infancia y la adolescencia, muchos comportamientos y características aún se conservan, siendo la nobleza e inocencia factores comunes que debemos valorar.
Si bien el Síndrome de Down es una afección cromosómica para toda la vida, padres, amigos y compañeros pueden contribuir a que la vida de un niño o un adulto con esta afección esté llena de salud y bienestar. Tú decides qué camino quieres tomar, con un poco de empatía, amor y sabiduría tomarás las mejores decisiones para proteger a tu hijo y a quien lo necesite.
¡Todos somos iguales y merecemos el mismo trato!