El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) es un virus que ataca el sistema inmune del cuerpo y si no es tratado, puede provocar el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida). Actualmente, no existe una cura para el VIH y puede afectar a cualquier persona, independientemente de su orientación sexual, edad, condición social o género.
Se transmite principalmente a través de las relaciones sexuales, contacto con sangre infectada, drogas o agujas. También puede transmitirse de madre a hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia. Existen medicamentos que minimizan este riesgo.
El VIH es el virus transmitido de persona a persona. Por su lado, el Sida es la enfermedad causada por el daño que el VIH produce en el sistema inmunitario, es la fase más grave de la infección y con el paso del tiempo puede provocar la muerte. Ten presente que una persona con VIH no necesariamente tendrá Sida.
Los síntomas son variados y pueden acompañar esta infección a lo largo de sus distintas etapas:
Para ello es necesario realizarte una prueba de VIH. Existen diferentes pruebas: anticuerpos, antígenos y anticuerpos, y Ácido Nucleico (NAT por su sigla en inglés) y pueden ser tomadas en un laboratorio, de forma casera o rápida. Los tiempos de detección varían dependiendo de la misma y su tiempo va desde los 10 días de la exposición hasta los 90 días. Mira aquí el tiempo de detección según la prueba.
Está incluida en tu PBS y se garantiza la confidencialidad.
Conocer los resultados te permite protegerte a ti y a tu pareja:
Anímate a realizarte pruebas regulares de detección del VIH. Están incluidas en tu PBS y se garantiza la confidencialidad.
Actualmente, no existe una cura para el VIH.
La utilización del condón de forma correcta reduce hasta el 94% la transmisión sexual del VIH por relaciones sexuales vaginales y anales, y otras Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), así como embarazos no deseados, según la Organización Panamericana de Salud (OPS).
Por eso te recomendamos usarlo para protegerte a ti y a tu pareja también.
Realizar pruebas de detección del VIH de forma regular es fundamental, especialmente después de tener actividad sexual con nuevas parejas o ante preocupaciones sobre la posible exposición al virus.
La PrEP, una estrategia preventiva, implica que personas sin VIH tomen medicamentos antirretrovirales para reducir el riesgo de contraer la infección en caso de exposición. Por lo que, consultar con un profesional de la salud es esencial para determinar la idoneidad de la PrEP.
Optar por relaciones monógamas con una pareja que haya dado negativo en la prueba del VIH puede significativamente reducir el riesgo de exposición, como también, reducir el número de parejas sexuales.
Evitar el uso compartido de agujas y jeringuillas es crucial para prevenir la transmisión del VIH, especialmente entre personas que se inyectan drogas.
Es clave estar informado sobre la transmisión del VIH y conocer cómo prevenirlo. La educación y la concientización son herramientas importantes para tomar decisiones más seguras y reducir el riesgo de exposición.
Las mujeres embarazadas con VIH pueden recibir tratamiento antirretroviral para prevenir la transmisión al bebé durante el embarazo, parto y lactancia.
Combatir el estigma y discriminación relacionados con el VIH favorece entornos más propicios para la prevención y tratamiento.
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¡La prevención está en tus manos!