Los trastornos alimenticios o trastornos alimentarios son enfermedades graves que afectan la salud física y mental de las personas que los padecen. Suelen ser problemas en la forma de pensar sobre la comida, alimentación, peso y figura, así como también en los comportamientos alimentarios. Como estos trastornos afectan también la salud mental, las emociones y la forma de desenvolverse diariamente se perjudican, de acuerdo con MayoClinic.
Si estos trastornos no se tratan en una etapa temprana, se pueden volver crónicos y pueden desencadenar enfermedades secundarias y hasta la muerte del paciente. Los trastornos más conocidos son la anorexia, la bulimia y el alimentario compulsivo.
Los síntomas varían dependiendo de los trastornos alimenticios que está padeciendo el paciente. Las personas que los padecen suelen tener diferentes tallas y tipos de cuerpos.
La anorexia o la anorexia nerviosa, puede llegar a ser un trastorno alimentario mortal. Consiste en un bajo peso corporal, poco saludable, en el cual la persona tiene miedo a subir de peso y una impresión engañosa de su figura corporal. Es frecuente que en esta enfermedad se hagan esfuerzos extremos para controlar el peso y la figura, lo cual lleva como consecuencia afectaciones graves en la salud y la vida diaria.
Consiste en restringir en extremo el consumo de calorías y suprimir ciertos tipos y grupos de alimentos. En la mayoría de los casos utilizan diferentes estrategias para bajar o quemar las pocas calorías que ingieren en el día, realizando ejercicio físico en exceso, el uso de laxantes o suplementos dietarios hasta la inducción del vómito después de comer. Los esfuerzos drásticos para bajar de peso generan graves problemas de salud.
La bulimia, o como también es llamada la bulimia nerviosa, es un trastorno alimentario grave, que a veces pone en riesgo la vida de quien la padece. En ella se incluyen episodios de atracones de comida seguido de purgas. También incluye comer de manera limitada durante un tiempo, lo que lleva a impulsos más agresivos de atracones de comida y posteriores purgas.
Los atracones consisten en ingerir alimentos de manera exagerada en un corto periodo. Durante esto la persona no tiene control sobre lo que está comiendo y no puede parar. Después de comer siente
culpa, miedo y vergüenza a subir de peso y por eso se realiza la purga, para deshacerse de las calorías previamente ingeridas. En la purga se puede incluir vómito, hacer demasiado ejercicio, no comer durante un tiempo y/o laxantes, inclusive algunos pacientes cambian las dosis de medicamentos como las cantidades de insulina para intentar bajar de peso.
La bulimia también implica estar preocupado por el peso y la forma del cuerpo, además de autocrítica grave y dura sobre su apariencia física.
El trastorno compulsivo consiste en consumir comida en poco tiempo. En este periodo corto de tiempo el paciente no tiene el control sobre la comida. A diferencia de la bulimia o la anorexia, la persona que lo padece no se autogenera purgas. Durante el atracón de comida es característico que la persona coma más rápido de lo normal o en mayores cantidades, así no tengan hambre, es más, pueden seguir comiendo así se sientan demasiado llenos.
Luego de estos atracones la persona suele sentirse con mucha culpa, asco y vergüenza. Sienten miedo de aumentar de peso y tratan de limitar la ingesta de comida durante un periodo de tiempo, lo que ocasiona nuevamente al impulso de atracones, generando un ciclo altamente perjudicial para la salud.
El trastorno por evitación o restricción de ingesta de alimentos incluye comer de forma extremadamente limitada o no comer ciertos alimentos (carbohidratos, azucares, grasas). La forma en que la persona se está alimentando no cubre sus necesidades nutricionales. Lo que conlleva a problemas de crecimiento, desarrollo y funcionamiento del organismo. Los pacientes no les importan o no tienen miedo de subir de peso o aumentar el tamaño de su cuerpo. Evitan alimentos por otros factores como el color, textura, olor o sabor. Su miedo está enfocado en lo que les pueda pasar si comen cierto tipo de alimentos, por ejemplo, a atragantarse, vomitar o problemas asociados al estómago.
Este trastorno puede diagnosticarse a cualquier edad, pero es más frecuente en niños pequeños. Sus consecuencias está la pérdida de peso, lo que puede llevar a problemas secundarios de salud importantes.
Las personas que sufren de trastornos alimenticios pueden exhibir una variedad de señales de alerta. Es importante destacar que estas señales pueden variar según el tipo específico de trastorno alimenticio (anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, trastorno por atracón, entre otros). Aquí hay algunas señales comunes que podrían indicar la presencia de un trastorno alimenticio:
Es importante resaltar que estas señales pueden variar de una persona a otra y que la presencia de una o varias de estas no necesariamente confirma la presencia de un trastorno alimenticio.
Los trastornos alimentarios son difíciles de superar o controlar sin la ayuda especializada. Normalmente los pacientes que sufren de estos trastornos tienen comportamientos problemáticos lo que hace de su diagnóstico y tratamiento más complejo.
Si estos trastornos causan angustia, afectan la vida social y la salud, se recomienda buscar ayuda de un médico.
No hay una causa exacta de los trastornos alimenticios, al igual que con otras afecciones de salud mental. Puede haber algunas causas como:
Aunque los trastornos alimenticios pueden padecerlo cualquier persona a cualquier edad, normalmente se suelen desarrollar sus síntomas en la adolescencia. Hay factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar trastornos alimenticios como:
Existen diversas complicaciones a la salud mental y física en una persona con trastorno alimenticio, cuanto más tiempo lleve la persona con el trastorno, mayor la gravedad. Entre estas complicaciones están:
No existe una prevención como tal de los trastornos alimenticios, lo que si existe son medidas para desarrollar hábitos alimenticios saludables y evitar llegar a un trastorno. Entre estas están:
Algunas formas de ayudar a un niño a desarrollar conductas alimentarias saludables son:
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El diagnóstico de los trastornos alimenticios comienza a partir de los síntomas que la persona está padeciendo. Posterior a esto se realizan diferentes tipos de exámenes como:
Para un adecuado tratamiento de los trastornos alimenticios se requiere de un trabajo en el que varias especialidades médicas se juntan. Normalmente este equipo lo compone un médico general, un profesional de la salud mental y un nutricionista.
Se realizan tres tipos de intervenciones y según el caso son recomendadas para cada paciente, puede ser una sola o combinadas entre:
MayoClinic y Universidad Europea
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