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En Famisanar tu salud es nuestra mayor prioridad, por eso, recuerda que con nuestro Plan de Beneficios en Salud cuentas con un amplio número de profesionales en salud dispuestos a asesorarte y acompañarte en cada etapa de tu vida.
Ahora sí, vamos paso a paso ¿Cómo se originan?
Para comenzar debes saber que el vértigo posicional se debe a la formación de cálculos en los oídos llamados “otolitos”, entonces, de acuerdo con Segurmaní, el mareo se desencadena cuando realizas movimientos de cabeza y aparecen episodios cortos de vértigo. Sin embargo, también hay otro tipo de vértigo, el periférico, y este se origina por lesiones en la cabeza o ingesta de algunos medicamentos.
Por su lado, el mareo suele suceder por factores como dolor intenso, bajada de glucosa, tensión baja, anemia, problemas de oído o visión e incluso exceso de calor.
Conozcamos sus síntomas
Como te lo mencionamos anteriormente mareo y vértigo son dos temas diferentes. Por eso, debes tener en cuenta que el mareo consiste en una ilusión de perder la conciencia de un momento a otro, mientras que el vértigo, es la sensación de que todo lo que te rodea está dando vueltas.
Por su lado, ante el mareo la persona siente que va a perder el conocimiento y va a desmayarse, sin embargo, muchas veces este episodio termina sin mayores problemas; también se puede nublar la vista y sentir debilidad. Durante un episodio de vértigo, la persona puede experimentar mareos, sentir debilidad, presentar náuseas y vómitos e incluso pérdida de audición, zumbidos en los oídos y problemas para enforcar los ojos. Por si fuera poco, una persona con vértigo puede sufrir problemas para mantenerse de pie, dificultad para hablar y también problemas para comer.
¿Cuánto duran sus episodios?
Para poder diferenciar ambas situaciones vale la pena recordar que el vértigo es una situación mucho más severa, con episodios más largos y síntomas mucho más graves; por otro lado, los episodios de mareos se resuelven frecuentemente en segundos y hacen referencia a una condición que no debe prender las alarmas.
Ahora que conoces sus diferencias es momento de aprender a prevenirlos. Por un lado, el mareo usualmente surge por situaciones externas, por ejemplo, puedes evitar cambios repentinos de postura, levantarte lentamente de tu cama o intentar no exponerte a grandes fuentes de calor. En el caso del vértigo lo mejor es que consultes con tu especialista en salud.
¡No lo olvides, tu salud es nuestra mayor prioridad!
