Y es así, justamente, como podemos definir el Síndrome de las Piernas Inquietas, una afección que puede comenzar en cualquier edad, desde niños a mayores, pero eso sí, debes saber que a medida que avanza la edad, es más común, sobre todo, en mujeres que en hombres. ¡Quiz rápido!

¿Mueves tus piernas de forma incontrolable ante situaciones de incomodidad?

¿Te preguntan frecuentemente por qué tiendes a mover tanto las piernas?

¿Se te dificulta dejar de mover las piernas voluntariamente?

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Si te identificas con estos casos ¡Puede ser una clara señal! También conocida como enfermedad de Willis-Ekbom, debes prestar una importante atención pues dentro de sus grandes consecuencias puede llegar a interrumpir tu calidad de sueño, y de allí, problemas derivados como bajo rendimiento, poca capacidad de concentración, disminución en la productividad, entre otros.

¡8 síntomas que debes tener presentas!

Aunque el signo más común es la necesidad de mover las piernas, existen otras características que la acompañan:

Dificultad para conciliar el sueño.
Deseo/necesidad de mover las piernas, por lo general, después de haber estado acostado o sentado por largo tiempo (televisión, automóvil, cine).
Sensación de alivio temporal al mover, estirar o sacudir las piernas.
Espasmos nocturnos en las piernas.
Cosquilleo u hormigueo.
Picazón e incomodidad.
Dolor.
Tirones.

¿Cuáles son los orígenes del Síndrome de Piernas Inquietas?

Aunque a ciencia cierta no se sabe cuál es su causa principal, puede deberse a problemas relacionados con las células del cerebro y su forma de usar la dopamina, un químico cerebral que ayuda con el movimiento muscular.

Sin embargo, también puede estar relacionado con enfermedades como la diabetes, párkinson, neuropatía, esclerosis múltiple, embarazo e incluso puede ocurrir en personas que consumen demasiada cafeína o que utilizan ciertos medicamentos.

A parte de la edad avanzada y el sexo femenino, otros factores de riesgo como el embarazo, los cambios hormonales y el factor hereditario pueden jugar un papel importante en el origen y desarrollo de este síndrome.

¡Hábitos saludables, el tratamiento ideal!

Aunque en la mayoría de los casos este síndrome no ocasiona afecciones graves puede llegar a afectar la calidad de vida de quienes lo padecen, por eso, nuestra principal recomendación es que acudas en primera instancia a un médico con el objetivo de realizar un diagnóstico oportuno que permita combatir y disminuir los síntomas.

Además, podrá recomendarte el tratamiento adecuado para tu estado de salud, el cual en la mayoría de los casos está relacionado con hábitos saludables y en casos extremos medicamentos. ¡Un estilo de vida positivo marca la diferencia! Durante cada etapa de vida, llevar a cabo buenas prácticas disminuyen la probabilidad de padecer enfermedades, entre ellas, el síndrome de las piernas inquietas.

¡Pongamos en práctica algunas de ellas!

Antes de finalizar, tenemos algunas recomendaciones que puedes aplicar en caso de que creas padecerlo:

Dile sí a los baños con agua tibia y masajes en las piernas para relajar los músculos.
Aplícate compresas de frio y calor para disminuir las sensaciones, intercálalas entre ellas.
Realiza mínimo 30 minutos de actividad física al día.
Evita el consumo excesivo de cafeína y alimentos estimulantes como el café, té o refrescos.
Mantén una buena higiene del sueño, lo ideal es un espacio fresco, tranquilo y cómodo., además, procura dormir las horas necesarias cada día y acostarte en el mismo horario.

Ya lo sabes, el diagnóstico te lo dará un profesional en salud, pero tú puedes hacer mucho para cuidar tu salud e incrementar tu bienestar.